(Génesis de este poema: vi tres fragmentos, de poquísimos minutos, del documental Tierra sublevada: Oro impuro de Fernando "Pino" Solanas y se me apareció la voz, clarita, de Amerita Mabel Pagano. Ella nació a los fines de la Voz que impone la presencia que quiere hacerse en el poema, y estoy convencido que fuera de estas líneas existen muchas vidas en los valles del noroeste argentino que están viviendo las tremendas consecuencias de la explotación minera a cielo abierto. En nombre de ellos, sí, van estas líneas)
Naturaleza saqueada/Dinero sucio
Amerita Mabel Pagano
camina por el sendero
que tan bien conoce
Su viejo sombrero gris
pone su cabeza
al cubierto del sol
Avanza con un
"abrazo de leña
traída del monte"
Dice que ésa es
"vieja historia de los pobres"
(La poderosa minera
explota la riqueza de las montañas
Sus dueños son tradicionales firmas
de los países bajos,
que nada saben de Derechos Humanos)
Amerita Mabel
se pasa una mano por la frente,
parece achicar los ojos y mira el paisaje
Le digo que el gobierno actual
firmó la concesión
para la exlotación minera
Ella dice "esta es la historia pobre
de los pobres del valle"
Amerita Mabel Pagano retoma el sendero,
con un "abrazo de leña" en la espalda,
su viejo sombrero apenas la cubre del sol.
Comienza a alejarse y dice algo
que no alcanzo a escuchar
--como Dios: muñón de carne,
ciego, sordo, y mudo,
que atiende en Buenos Aires,
que no logra escuchar
las voces, simples, humildes, y ciertas,
que dicen
"nos están matando la tierra,
nos cambian el paisaje
si hasta las llamitas, pobres, lloran"
Dice algo más y no escucho
pero detrás del cerro
se oyen, muy claras,
las poderosas explosiones
que saquean la tierra
y llenan de luto
hasta a los valles de los mil colores.
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