domingo, 29 de abril de 2012

INAGOTABLE ASOMBRO, en el Día del Animal, un poema de OLIVERIO GIRONDO.

INAGOTABLE ASOMBRO "Este perro. Este perro. ¡Indescriptible! ¡Único! / (¿Quién diría la forma, la intención, el tamaño, de todas sus membranas, sus véretebras, sus células, sin olvidar su aliento, sus costumbres, sus lágrimas?) / Este perro. Este perro, semejante a otros perros y a la vez tan distinto a su padre, a su madre, sus hermanos, sus hijos, a los perros ya muertos, y a todos los que existen. / Este perro increíble, con su hocico, su rabo, sus orejas, sus patas, inédito, viviente; modelado, compuesto a través de los siglos, por un esfuerzo inmenso, constante, incompresible, de creación, de armonía, de equilibrio, de ritmo. / Este perro. Este perro, cotidiano, inaudito, que demuestra el milagro, que me acerca al misterio... que da ganas de hincarse, de romper una silla". / NOTA: Tomado de "Embelecos", en Obras de Oliverio Girondo. Editorial Losada. Buenos Aires, 1991, (3ra. edición).

sábado, 24 de marzo de 2012

"Ciencias morales" o de una pedagogía del miedo para la dominación.



"El Proceso instaló en el país
el miedo y la muerte".

León Rozitchner



El Golpe militar de 1976 instaló el miedo en la sociedad. Tenía con qué: el poder de sus armas y su obscena ostentación, su tradición golpista, y miedo a los "rojos apátridas, subersivos y terroristas". Sobre este trasfondo es que no tuvo oposición en la población. A muy poco de quedarse con el Poder la Junta tuvo sus voceros y los medios de comunicación para difundir una campaña, masiva y sostenida, con el miedo como eje: miedo a los violentos, miedos a los que querían quedarse con el país, con sus riquezas, miedo a los valores que atentaban contra los valores ocidentales y cristianos...
En 2007, después de publicar "DOS VECES JUNIO" (2002) novela que avanza, en el ascéptico tono, la indiferencia, la neutralidad del personaje --un soldado argentino durante la Dictadura-- que cuenta en primera persona el relato central compuesto por las actividades de su jefe inmediato, y después de su excelente tesis, "NARRAR A SAN MARTÍN" (2005) MARTÍN KOHAN dio a conocer otro destacable título, "CIENCIAS MORALES", donde recrea el lugar, la función del miedo: una sútil presencia cotidiana que achataba la vida en sociedad: ¿una sociedad resignada a los atropellos --por llamarlo así, sin entrar en profundas consideraciones que exceden este espacio y esta nota-- por imperio del miedo? Una época argentina donde la sociedad tiene la boca callada: en la que el individuo atomizado se multiplica y replica por ese miedo que lo lleva a recluirse en sus cosas, cocentrarse en sus problemas: hacer su vida, en suma.
"CIENCIAS MORALES" reúne, en el espacio del Colegio Nacional, a María Teresa, una joven preceptora, los alumnos --a quienes se dirigen todos los esfuerzos para formarlos en "disciplina y obediencia" (encomillado mío) para los valores cristianos-- y al señor Biasutto, el jefe de los preceptores. Entre ambos, la joven y su jefe, queda establecido una relación de poder, que no deja lugar a inútiles gestos de rebeldía tampoco a ambiguos amagues de quejas... Una asimétrica relación de poder. No es una historia de "ofendidos y humillados": es un relato de temerosos y acallados que agachan la cabeza y hacen la vista gorda. Resumiendo: el señor Biasutto ordena a la joven María Teresa que cumpla su rol de preceptora y vigile al alumnado --futuros dirigentes del país-- y le informe de cualquier desviación de los mismos. Miedo, hostigamiento, acoso, de todo tipo, miserias varias y delación son los ingredientes de esa relación enfermiza.

El espacio del Colegio Nacional, institución dadora de valores, espacio privilegiado que simboliza la Institución del Poder Central: que vigila y castiga, que castiga para enderezar, que pena toda desviación malsana...

"CIENCIAS MORALES", que le valió a KOHAN el Premio Herralde de Novela, es otra incursión del autor en nuestra historia reciente: la de los años de plomo de la Dictadura de Videla y compañía.

Es la novela que decido recomedar en esta fecha: 24 de Marzo del 2012.


NOTA: tomado de Ciencias morales, de Martín Kohan.
Editorial Anagrama. Barcelona, 2007. Colección Narrativas hispánicas.

sábado, 17 de marzo de 2012

"Las tumbas", de Enrique Medina. O de la niñez asilada en la "escuela de la delincuencia"...



Qué sería de la literatura sin algunos nombres, sin algunas obras, sin los cuales la cultura --leída o no-- y una época estaría incompleta. Pienso en Lope de Vega, en Dickens, en Proust, en Dostoievski, en Flaubert, en Wilde, en Verne, en Kafka, en Herman Broch, hablando de la novelística europea. En el plano de nuestro Contienente --Norte y Sur-- pienso en Melville, en Hiller, en Poe, en Faulkner, en Steimberg; pienso en Carlos Fuentes, en Octavio Paz, en Cesar Vallejo, en Neruda, en vargas Llosa, en Galeano.
Qué sería de nuestra literatura, la argentina, sin Sarmiento, sin Echevería, sin José Hernández, sin Arlt, sin Borges, sin Marechal, sin Sabato, sin Cortázar.

Hablo de autores y de títulos que dieron cuenta de una época, de una cultura, de unos hombres en sus circunstancias ficcionales que recrearon y dieron forma a un modo de ver la vida , un modo de situarse ante la historia, las leyes, los hombres, el destino, su propia finitud, la muerte, etc.

La literatura local sería incompleta sin "El matadero", sin "Facundo", sin "Martín Fierro", sin la trilogía arltiana, sin "Adán Buenosayres", sin "Rayuela", sin algunos cuentos del gran Borges y de Horacio Quiroga, sin Girondo, sin Juanele Ortiz, sin la obra de David Viñas, sin los contundentes títulos de Rodolfo Walsh.
(Claro que la mía es una mirada parcial, que responde a mis gustos y a mí formación, es cierto, también, que el presente no es un listado de autores y obras a
considerar).

Esto ocurre con LAS TUMBAS, de ENRIQUE MEDINA, que ahora, al cumplirse 40 años de su edición, Galerna reedita: y en buena hora, ya que su obra --con más de 25 novelas publicadas, algunas traducidas a varias lenguas-- está siendo revalorada y recibiendo la merecida apreciación tanto tiempo negada por ciertos críticos. (Una obra prolífica entre los que distingo, aquí, la novela "Gatica", sobre la que Leonardo Favio rodó su homónimo excelente film, y los cuentos feroces de "Desde un mundo civilizado").
Profusamente elogiada por David Viñas y Rodolfo Walsh y bien recibida por la crítica esta novela, publicada en julio de 1972, da cuenta de las perversiones intramuros, de los abusos --en connivencia con una burocracia institucional "funcional-- que recaen sobre los niños y menores asilados en orfanatos, reformatorios: Institutos, etc. Serie institucional estatal que "contiene" y "reforma" a los menores con problemas pero que en realidad termina siendo una escuela de la delincuencia.

Una historia perturbadora, sin conceciones, sin un final feliz: un verdadero cross ficcional a la mandíbula (para seguir con esta figura arltiana digo que LAS TUMBAS toma de la trilogía de ARLT todos los seres monstruosos y los pone en una función estatal de "reeducación" de menores "desviados", sólo que estos monstruos tienen como único plan de revolución el sacar pequeñas y miserables ventajas cotidianas que les da su cuota de poder en los internados oficiales. Aplicando sus fuerzas para lograr la sujeción, dominación y delación: convertirlos en tarados funcionales a su sistema punitivo y "aleccionador"...)

Medina la escribió a principios de los setenta pero el perverso mundo asilar --que sólo respeta sus leyes no escritas-- que recrea sigue siendo el mismo: por eso se la continúa leyendo.

sábado, 18 de febrero de 2012

JULIO CORTÁZAR: un Cronopio, gigante y divertido, entre amables felinos que comparten sus días con él.



El pasado 12 de Febrero se cumplió otro aniversario del adiós de nuestro queridísimo JULIO CORTÁZAR. Punto. Siempre estaremos --con motivos o sin ellos-- escribiendo de él, sobre él y para él ¿quién nos puede negar esta ilusión?

Sabemos que le gustaban los gatos y que siempre se rodeó de ellos. Las fotos en los años parisinos lo muestran jugando con estos amables amigos. En este amor se empareja a Baudelaire, "... al orgullo de casa, la fuerza y la dulzura de los gatos" (Poema LXVI, "Los gatos"), a Pavese, "Habrá otros días, habrá otras voces. Sonreirás a solas. Los gatos lo sabrán" ("The cats will know"/Los gatos lo sabrán), a Borges, "El gato blanco y célibe se mira en la lúcida luna del espejo" ("Beppo"), que también amaban estas inteligentes, sutiles, distinguidas y afectuosas criaturas. (El singular humor cortazariano lo llevó a llamar a un gato con el pretencioso nombre de... Teodoro W. Adorno, el filósofo y sociólogo alemán...!!! ¿Se lo imaginan levantándose cada mañana y teniendo cerca a su pequeño y juguetón Teodoro W. Adorno?)
Se acompañaba con ellos y los dejaba entrar a su ficción, tal es así que los podemos encontrar en su obra, por ej. en el capítulo 59 de "Rayuela", en "El Diario de Andrés Fava", en "Último round", en "La vuelta al día en ochenta mundos", en "Queremos tanto a Glenda", etc.

Comparto este poema en prosa donde deja asentado este mutuo afecto que se alimentaba de miradas, caricias, silencioso estar y de los momentos lúdicos que los hermanaban aún más en ese espacio donde todo era "tan libre, tan posible, tan gato".


"Calac sigue rondando mi mesa y de la impresión de divertirse bastante. Jamás aprobará lo que hago, precisamente porque es mi mejor alter ego, pero su relativo silencio es una suerte de aceptación de todo esto que inquieta a mi yo más metódico, por ejemplo que en vez de sistematizar desenrollo simplemente el piolín de esta madeja de papeles acumulados a lo largo de cuatro décadas cuatro. Sigo sacando hojitas de cuadernos y carpetas, tiro las que ya no me dicen nada, juego con un azar en que tiempos y ánimos saltan como las piezas de un puzzle revuelto. Calac parece comprender que una clasificación previa de temas o periodo no parece la buena regla del juego, y que gracias a eso la baraja me va poniendo inesperadas secuencias en la mano. Nos estamos divirtiendo de veras, Calac y yo, mientras Polanco rabia en su rincón y murmura cosas como técnicas estocásticas inadmisibles, o procesos aleatorios dignos de una mosca dibujando su propio vuelo para nadie o de una cucaracha jugando contra Bobby Fischer en un embaldosado.
Imagino que hacia el final aparecerán pameos y prosemas que hubieran debido estar en lo ya ensamblado, pero si este libro no es plástico, no es nada. Por ahora lo que más nos gusta a Calac y a mí es que las cosas saltan como ranitas cadenciosas desde sus pozos de papel a la máquina de escribir que las pone en fila, y en eso los meopas se parecen muchísimo a mi gata Flanelle ("honi soit qui mal y pense" en la Argentina: Flanelle se llama así por su pelaje y no por su líbido), que también brinca cada tanto a mi mesa para explorar lápices, pipa y manuscritos. Todo aquí es tan libre, tan posible, tan gato".



Tomado de El agua entre los dedos, en Salvo el crepúsculo, de Julio Cortázar.
Alfaguara. Buenos Aires, 1996.

sábado, 28 de enero de 2012

"El borde de Ítaca en las sombras del sueño". Tres poemas míos para evocar a Ulyses.




LA SOMBRA DE ÍTACA
en el borde
de esa deforme moneda
en la alforja
de degastado cuero

Ambos recuerdan y extrañan
un atardecer allí

El borde de la sombra
de un sueño:

él siempre es ausencia
ella cada noche es espera

***************

AHORA YA NO ES EL GUERRERO
Ahora es tan sólo un hombre

Y se sabe mortal,
aunque su aura
señala lo contrario

Fue herido
con la muerte de sus amigos

Con este lamento
zarpa, ahora, Ulyses

¿Hasta dónde llegará?
¿Volverá a pisar
el suelo de su tierra?

Ha zarpado, ya,
arriesgándose
a oscuras travesías

A nosotros,
que no aceptamos su desafío,
nos queda este Continente
que sólo deja escuchar
leyendas de temores
abismos, clausuras

***************

DEJÓ SU HOGAR
Fue. Luchó. Guerreó.

Vio amigos morir.
Vio dioses competir.
Vio muertes en demasía.

Se le agotó el alma/
escuchó el llamado.

Viajó de regreso.
Venció a Cirse/
el canto de las sirenas,
monstruos no imaginados.

Llegó a la costa de su hogar.

Pisó el suelo suyo,
de su pie quedó la huella.

Estaba de nuevo en casa:

el resto sería tejido de la memoria.


Rafael Sturla.
San Telmo. Distrito Federal. Enero de 2012

sábado, 21 de enero de 2012

"País de Hadas", de Edgar Allan Poe.



DUELE. Duele. Sí, duele: la vida de EDGAR ALLAN POE duele. Genial, sensible, débil. Criado dentro de una familia que no le pertenecía: conoció, muy pronto, lo que es ser el hijo no querido, no deseado. El mundo le fue hostil: la sociedad de su tiempo. De ella, entre los hombres, supo, muy rápido y demasiado joven, que significa ser el artista "maldito".
ALIVIA. Alivia. Sí, alivia saber que además de las hostilidades, las privaciones, las burlas, conoció el amor cristiano de las mujeres que a su turno le dipensaron cuidados: para el cuerpo y el alma.
INSPIRA. Inspira. Sí, inspira saber que pese a todo --a la pobreza, el alcohol, su débil vida quebrada-- tuvo la suficiente voluntad para escribir: los cuentos, perfectos, que lo llevaron a ser considerado uno de los padres del cuento moderno (junto a ANTON CHEJOV y GUY DE MAUPASSANT).
Pero, además, escribió poesía, lo que es casi desconocido para el gran público que, sólo leyó o escuchó hablar de "El cuervo" y cree que fue un capricho aislado, una una pausa lírica, dentro de su cuentística. Ella, el total de su creación poética, completan su obra literaria.
A sus cuentos llamamos: ¡Perfectos! De su poesía podemos decir que tiene profundidad y belleza: acaso, ¿hay otros elementos --dejando de lado lo técnico-- que hacen que tal o cual poesía perdure? Para conocerla sólo hay que encontrarse con ella. Hoy comparto una de sus primeras creaciones en verso.


PAÍS DE HADAS

Oscuros valles y tenebrosos pantanos,
sombríos bosques,
cuyas formas no podemos adivinar
al impedirlo las lágrimas que caen por todas partes.
Enormes lunas que aparecen y desaparecen
una vez, y otra vez, y otra vez,
a cada momento en la noche
--siempre cambiando de lugar--
y oscurecen los rayos del lucero
con el aliento de sus pálidos rostros.
Alrededor de las doce por el reloj lunar
una un poco más nebulosa que las demás
(en un juicio,
decidieron que era la mejor)
desciende --abajo, más abajo--
con su centro sobre la corona
de la cumbre de una montaña,
mientras que su amplia circunferencia
de flotantes vestiduras cae
sobre aldeas, sobre pórticos,
donde quiera que estén
--sobre los lejanos bosques, sobre el mar--
sobre los espiritus alados,
sobre las cosas adormecidas,
y las envuelve completamente
en un laberinto de luz,
y entonces, ¡qué profunda! ¡oh, profunda!
es la pasión de su sueño.

Por la mañana se levantan
y su envoltura de luna
se eleva en los cielos,
con la tempestad cuando se sacuden,
como --casi como cualquier cosa--
un albatros amarillo.
No usan más esta luna
para el mismo fin que antes
--o sea a guisa de tienda--
lo cual encuentro extravagante:
sus partículas, de todas formas,
se disuelven y caen en cascada,
y aquellas mariposas,
de la Tierra, que buscan los cielos
y así bajan otra vez
(¡cosas nunca contentas!)
han traído algunas de ellas
en sus temblorosas alas.



Tomado de Poesía Completa, de Edgar A. Poe.
Ediciones 29. Barcelona, 2005. (Tercera edición).

sábado, 14 de enero de 2012

La Metáfora y el Arco.



LA METÁFORA Y EL ARCO

A Catalina Blanco Sturla, Catita,
queridísima e inolvidable tía.
In memoriam.



A qué de nosotros
despedimos
cuando decimos adiós a un querido

Qué se despide
de lo que somos,
devenido en lo que fuimos

Qué se nos confirma, insistiéndose

En las formas permanentes del cambio
--entre lo que perece y no--
hallamos lo esencial

Lo esencial:

ajeno a la roca,
cercano al clavel,
reconociéndose creatura,
suspirando ante los astros,
preguntando ante toda finitud

En el centro mismo
de toda metáfora del ser
que nos envía su flecha



Rafael Sturla
Reconquista, 10 de Enero del 2012

domingo, 8 de enero de 2012

"Juguetes". De Juan Gelman. "Porque qué haría la inocencia ahora que está armada".



JUGUETES

hoy compré una escopeta para mi hijo
hace ya tiempo que me la venía pidiendo
y comprendiendo mi hijo que no hay plata
que alcance
pero pidiéndola proponiendo los sitios de
la cocina de la pieza
donde recién traída la escopeta esperaba
que él saliera del sueño donde estaba
esperándola
para verla tocarla convertirla después en
otro sueño
no para matar bichos o pájaros o arruinar
las parades las plantitas
o bajar la luna de su sitio lunar
no para esas pequeñas cosas molestas mi
hijo quería su escopeta
y esta noche la traigo
y escribo para alertar al vecindario al
mundo en general
porque qué haría la inocencia ahora que
está armada
sino causar graves desórdenes como
espantar la muerte
sino matar sombras matar
a enemigos a cínicos amigos
defender la justicia
hacer la Revolución
y además compré una camita para mi hija
donde acostará a su muñeca cubriéndola
con el trapo amarillo
como esa noche que yo estaba por escribir
un poema
intentando apresar los rostros últimos del
bello amor humano
imperfecto como una madre
oscura
acercándome a ellos casi rodeando su aire
cálido como un fuego cara a cara a su fuego
oyéndolos temblar inasibles
y mi hija me tomó de la mano para
mostrarme la muñeca
que ella había abrigado en su cuna
tapándole los ojos pintados con un pedazo
de papel para que pueda dormir
y le besó la frente
le dijo que descanse
y yo volví a la mesa y en silencio guardé
mis papeles vacíos



Tomado de "Cólera buey" (1971) de Juan Gelman.
Editorial La Página S.A. Buenos Aires, 2011