jueves, 12 de noviembre de 2009

Lord Byron llegó a casa y se estacionó en el living, ¡bienvenido a mi alma!

Lord Byron es, --fue--, en su origen, una mesita de luz con carácter, estilo, y presencia: un perfecto ensamble de madera, vidrio, y bronce, y...¡con espejo incorporado! Por sus características, no responde al "modelo" que conocemos: es delgado, no es bajo, no tiene puerta porque no tiene paredes laterales ni de fondo, ésto hace que sea singular. Lord Byron llegó a casa y se estacionó en el living. (En otra entrada contaré lo que costo en valores espirituales).

Viene bien aquí compartir con ustedes, eventuales lectores, un viejo poema mío.

PERTENENCIAS MISTERIOSAS

We love the things.
We love for what they are.
Robert Frost
(Hyla Brooks)

Amamos lo que nos rodea
lo que nos da cuerpo.

Lo que semeja al Paraiso
--en nuestra búsqueda est/é/tica.

Amamos lo que sólo nosotros
vemos en la esencia --¡Sí!--
del objeto singular.

Amamos las cosas
que nos vieron llorar
los objetos
que nos rodean y abrazan.

Los objetos que hemos elegido.

Los objetos que nos ayudan
a ser lo que somos.

Amamos las cosas
que nos verán morir:

por eso mismo las amamos.

(Tomado de Antología Poética. Tomo Uno. Ediciones Nubla. Bs.As. 1996)

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