1/ Leer Rayuela, después Los premios y Libro de Manuel: el resto de sus novelas podés leerlas como un juego y sin esperar nada.
2/ Leer sus poemas en Salvo el crepúsculo, editado por Alfaguara.
3/ Descubrir sus cuentos, muchos de los cuales son calificados como perfectos.
4/ Leer y releer Historias de cronopios y famas: asumirse un Cronopio y ser lo que su autor apreciaba, esto es alguien cálido, amable, querible, compañero, abierto.
5/ Hacerse un buen escucha del mejor jazz que él amaba.
6/ Amar a los gatos como él lo hacía: no copiarlo llamando Flanelle como se llamaba su gatita.
7/ Hacer de Buenos Aires una extensión del alma como él lo hizo desde la París que lo cobijó.
8/ Si escribís, A) no lo copies, B) defendé nuestro idioma haciendo buen uso del mismo como él lo hizo y, C) cuando terminés una novela o una serie de cuentos no te apures a publicarlo.
9/ Leerlo y releerlo: porque vos cambiás con los años y porque sus textos sigen vigentes.
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