
La "sociedad del espectáculo" --como la tildó Guy Debord, ya en los lejanos 60-- llora a este músico que les entretuvo y lo seguirá haciendo. Su música sonaba muy bien pero su moral olía a podrido. (Sólo los débiles de memoria, o lo no informados, olvidan --y olvidarán más, ahora-- que este "genio pop" tuvo que desembolsar muchos millones de dólares para acallar las voces de los padres de los niños de los que abusó, y para costear los abultados honorarios de la legión de abogados que lo defendieron por graves denuncias por pederastía). Es esta misma sociedad del espectáculo --que el gran Bertolt Brecht cuestionaba y a la que interpelaba ante su facilidad para la fascinación, para el bobo encantamiento que reduce el lugar del análisis en pos de la seducción del "elegido"-- lo llama "artista integral" y "ejemplo". ¿De qué puede ser ejemplo este monstruo inmoral, este abusador de menores?
LA CRUDEZA DE ESTA NOTA, AQUÍ, PUEDE MOLESTAR, PERO LO DIGO DE MANERA ABIERTA: ¡NO A ESTE ARTISTA PEDERASTA, ABORRECIBLE COMO TAL!!!