sábado, 31 de octubre de 2009

Una ciudad grande y cómoda para dormir...

A una semana de mudarme
a este bohemio barrio
de San Telmo

ya abrí todas las cajas
con mis muchos libros
y les di un orden

(pero no tengo lugar
para mis muchas
y necesarias revistas)

de otras cajas saqué
toda mi poca ropa
y las colgué

de los rincones de esas cajas
rascaté los pequeños objetos,
pequeñas vidas simbólicas,
cargadas de lo que ponemos en ellos

y los dispuse en un orden secreto

me trajeron el amplio sommier,
lo completé con flamantes sábanas
y un bella colcha repujada portuguesa

Dispuse este nuevo espacio mío
con mis criterios estéticos

compré libros de Tabucchi,
de Paul Auster, de Aristófanes,
y uno de futbol, de Osvaldo Bayer

también sumé a mi música
un cd del Chango Spasiuk,
con la bella poesía de Pinandy

Tengo este nuevo espacio -rentado-
para vivir con un poco de contentamiento

¡pronto retomaré la escritura de mi
nueva novela, Donde la ciudad duele!

Pero todo esto que luce bien y amable
está vacío de nombre de mujer

ésta es una hermosa ciudad
y culta
y grande
y cómoda

¡Una Buenos Aires grande y cómoda

para dormirse en soledad y ya no despertarse...!

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