viernes, 17 de junio de 2011

RAYMOND CARVER: un poema.



Raymond Carver, (EE.UU, 1938-1988), tuvo una vida corta, pero de una intensidad creativa que lo ubicó rápidamente en un lugar destacado de la cuentística de su país. Obra compuesta por cuatro volúmenes de relatos, a saber, ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?, De que hablamos cuando hablamos de amor, Catedral y Tres rosas amarillas. También publicó varios libros de poemas (El sendero de la cascada, Todos nosotros, etc.)
Fue hijo de un padre pobre y alcohólico y de una madre que seguía a su marido por donde la posibilidad de trabajo lo llevara: Carver es heredero de esas circunstancias y tuvo que luchar mucho para superar el grave problema del alcoholismo. Trabajando en lo que le saliera aprendió a escribir por correspondencia: escribía, bebía, sobrevivía, hasta que conoció a la poeta Tess Gallagher (en la foto con él). Esa relación le cambió la vida, lo estabilizó. Y vivió lo suficiente como para disfrutarlo.
Comparto aquí un poema, al que yo leo como una ventana del pasado por la que se le colaban todos los fantasmas que amenzaban la vida provisoria junto a sus padres, pero también como una ventana del presente, el suyo, por la que, aunque bien cerrada, podrían colarse los fantasmas para arrebatarle sus posesiones espirituales y materiales...(Ventanas, las suyas, las nuestras, por donde se nos presenta, a diario, la cornisa de los miedos, pueriles, ínfimos, pero reales...) Pero es sólo un poema: así se lo debe leer. ¡Qué cada cual haga su propia lectura!


MIEDO
Miedo a ver un coche
de la policía detenerse a mi puerta.
Miedo a dormirme por la noche.
Miedo a no dormirme.
Miedo al pasado resucitando.
Miedo al presente echado a volar.
Miedo al teléfono
que suena en la quietud de la noche.
Miedo a las tormentas eléctricas.
¡Miedo a la limpiadora
que tiene una mancha en la mejilla!
Miedo a los perros
que me han dicho que no muerden.
Miedo a la ansiedad.
Miedo a tener que identificar
el cuerpo de un amigo muerto.
Miedo a quedarme sin dinero.
Miedo a tener demasiado,
aunque la gente no creerá esto.
Miedo a los perfiles psicológicos.
Miedo a llegar tarde
y miedo a llegar antes que nadie.
Miedo a la letra de mis hijos en los sobres.
Miedo a que mueran antes que yo y me sienta culpable.
Miedo a tener que vivir con mi madre
cuando ella sea vieja y yo también.
Miedo a la confusión.
Miedo a que este día acabe con una nota infeliz.
Miedo a llegar y encontrarme con que te has ido.
Miedo a no amar y miedo a no amar lo suficiente.
Miedo de que lo que yo amo
resulte letal para los que amo.
Miedo a la muerte.
Miedo a vivir demasiado.
Miedo a la muerte.
Ya he dicho eso.



NOTA. Tomado de Todos nosotros, de Raymond Carver.
Bartleby Editores. Madrid, 2010.

No hay comentarios:

Publicar un comentario